Valchico y el río blanco se convierten en unos personajes
más de esta novela de recuerdos, de infancia, de familia,
de gente humilde que comparte vida con una niña que
odia las trenzas y sueña con ser alta y delgada.
La mujer siempre vestida de negro, el pastor, la extranjera
pelirroja, la abuela Carmen, la tía Luisa, la nueva
maestra? sirven a la narradora adulta, con un caudal
de anécdotas, para adentrarnos, a veces con dolor, a
veces con humor, en la vida de un pueblo pequeño de
mediados de la década de 1960 y principios de la de
1970, tomando parte en todas las manifestaciones de la
naturaleza.