En Viena nació la idea de este libro, que no es sino el cuaderno de bitácora de un viaje a través de la niebla y el humo, destrenzado el paisaje. La imagen y la palabra se contaminan mutuamente y lo cotidiano se abre al desconocimiento. Aunque el azar nunca deja cabos sueltos.
En Viena nació la idea de este libro, que no es sino el cuaderno de bitácora de un viaje a través de la niebla y el humo, destrenzado el paisaje. La imagen y la palabra se contaminan mutuamente y lo cotidiano se abre al desconocimiento. Aunque el azar nunca deja cabos sueltos.