Número: Edición especial de Austral de una de las novelas más importantes y significativas del siglo XIX que desde siempre ha despertado el interés de todo tipo de público Cuando se publicó El retrato de Dorian Gray, la crítica moralizante no dejó de acusar a su protagonista de ser una figura satánica, corrompida y corruptora, sin comprender que era el héroe de una novela que reflejaba la fatalidad de los románticos. Oscar Wilde (1854-1900) había querido hacer de la belleza un refinamiento de la inteligencia, y para ello sumió a su protagonista, Dorian Gray, en una atmósfera de perversión dominada por el arte y los poderes de un misterio que está más allá de la realidad: gracias a los dioses, el culto a la belleza puede trasladar las huellas del paso del tiempo a un cuadro, mientras el rostro de Dorian Gray permanece inalterado e inalterable. Cuento fantástico y parábola, El retrato de Dorian Gray sigue siendo una piedra angular entre la ética y la estética, en las relaciones que mantienen el bien y el mal, el alma y el cuerpo, el arte y la vida. Dominado por la ley de la fatalidad, Dorian Gray, que también encarna el mal y su castigo, no deja de alcanzar el objetivo que el propio Wilde quería para su libro: «Venenoso si ustedes quieren, pero no podrán negar que también es perfecto, y la perfección es la meta a la que apuntamos nosotros los artistas». Óscar Wilde está considerado uno de los dramaturgos más destacados del Londres victoriano tardío; además, fue una celebridad de la época debido a su puntilloso y gran ingenio. Su reputación se vio arruinada tras ser condenado a dos años de trabajos forzados en un juicio en el que fue acusado de indecencia grave por una comisión inquisitoria de actos homosexuales. Entre sus obras más importantes se encuentran los libros de relatos El crimen de lord Arthur Saville y otras historias, Intenciones, El príncipe feliz y otros cuentos; libros de poesía como Ravenna o La esfinge, obras de teatro como La importancia de llamarse Ernesto o El abanico de Lady Windermere, y, por supuesto, El retrato de Dorian Gray, su única novela.