Ritos paganos conducirán a Aristarco a desvelar la existencia de una civilización primigenia.
Aristarco parte en busca de una remota civilización perdida en la noche de los tiempos.
Año 131 a. de C. Una extraña estatuilla impregnada de misterio y ancestrales ritos conducirá al investigador Aristarco hacia una colosal aventura que lo llevará a él y a su amigo Graco hasta la recóndita Aksum, en pleno territorio africano.
Leyendas ugaríticas, sumerias, egipcias y hebreas se entrelazan de forma tan enigmática y cohesionada para Aristarco, que la historia del tesoro de Salomón y del arca de Yahveh que Menelik, el hijo de la reina de Saba, robó al mítico rey y escondió en el Templo de Dagón, cobra una nueva dimensión. Y levitando sobre todo ello, la influencia omnipresente de un perverso ídolo capaz de arrastrarlos a la locura, o hasta el mismo confín del mundo conocido.
El ídolo nos remite a los mitos cosmogónicos de Howard Phillips Lovecraft, a quien el autor rinde homenaje en esta ambiciosa novela, a la vez que es capaz de adelantarse en el tiempo y crear un maravilloso y perfecto vínculo con Las minas del rey Salomón de Henry Rider Haggard.
