Al principio de nuestras vidas, todo lo que habÃa de nosotros era una única célula, aproximadamente del mismo tamaño que este punto. Permanecimos asà unas veinticuatro horas, antes de dividirnos en dos el primer paso que conducirÃa a la creación de los organismos pluricelulares y complejos que somos hoy en dÃa. ¿Se ha preguntado alguna vez cómo es posible que «usted» pudiera estar contenido en una única célula, y cómo es posible que esa célula «supiera» qué es lo que debÃa hacer? Si eso no le convence del la importancia y el interés de las células, tómese un momento para pensar en la increÃble variedad de procesos y materiales que se dan en el mundo natural. El brillo de una luciérnaga, el crecimiento de una planta hacia la luz, el esqueleto de una ballena azul, el olor corporal, el recuerdo del aroma de una ratatouille, la llamada de un mono aullador, las plantas de interior, el pico de un halcón, el veneno de una serpiente. Todos estos fenómenos son el resultado de la actividad de las células.