Los protagonistas de los cuentos de Antonio Abad son seres rutinarios, anodinos, desorientados, desvalidos, resignados o escépticos que representan al hombre occidental urbano y moderno, rodeado por un entramado de signos que se ofrecen ambiguos, contradictorios o inabordables para su desciframiento; de ahí su permanente extrañeza, su inquietud, su angustia o su estoicismo, pues los sucesos ocurrirán de un modo inevitable: sirva de ejemplo el magistral relato que da título al libro.