"Que una voz clara y sencilla, capaz de susurrar y
capaz de gritar, ponga su acento sobre un autor tan
querido, tan esencial en la formación de nuestro
ideario y de nuestra conciencia como es José
Saramago, y nos lo acerque con tanto respeto y
tanta ternura, presentándonoslo como el escritor
—es más, el hombre cercano— que dialoga con
nosotros, es un regalo que Juan Pinilla nos hace y
que celebramos con todo entusiasmo".
Del prólogo de Teresa Gómez