El conocimiento no exime del sentimiento. Y es que puedes saberte la teoría, pero no saberlo llevar a la práctica. Una vez leí que lo peor no es la oscuridad, sino saber dónde está el interruptor y no tener el valor de pulsarlo.
Esto no es un poemario cualquiera. Es una ventana abierta a mi corazón, a mi alma. En sus páginas derramo sangre; sudor y lágrimas, de tristeza y alegría. Hablo sin tapujos de sentimientos y pensamientos a los que me enfrento, a los que nos enfrentamos, a los que escondemos por miedo o vergüenza. Una montaña rusa de sensaciones.
Esta es mi historia, mi oscuridad, mi interruptor, y mi lucha por encender la luz. Disfruten la visita por mi caja de Pandora.