GAYO, ALBERTO / PEREZ, ALEJANDRA
La máquina para fabricar sueños tenía dos botones. Angelito Lunares pulsó el verde y de repente salió un estallido de asteriscos. Angelito Lunares apareció tumbado sobre un jardín de gominolas. Cala estaba a su lado. Juntos volaron, aterrizaron en paracaídas y tocaron un xilófono. Cala le metió un adiós en la maleta.