ATLAS DEL CUERPO HUMANO

ATLAS DEL CUERPO HUMANO

19,90 €
IVA incluido
Disponible en 1 semana
Editorial:
REDITAR LIBROS
Año de edición:
Materia
Geografía física
ISBN:
978-84-96449-76-3
Páginas:
328
Encuadernación:
Rústica
Colección:
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El término anatomía es de origen griego y su traducción no literal sería algo semejante a «por el corte» o «mediante el corte», es decir, por la disección (dicho sea de paso, la acción de la disección es «disecar» y no «diseccionar»). Por lo tanto, anatomía significa conocer la estructura y la forma de un organismo mediante la técnica de disección.
Ya Aristóteles en el siglo IV a.C. hizo referencia a homologías estructurales entre partes del cuerpo hu-mano y de animales, en un esbozo de anatomía comparativa. En la segunda mitad del siglo II d.C., Galeno, médico que ejerció en Roma, tuvo oportunidad de obtener ciertos conocimientos anatómicos ya que entre sus pacientes se encontraban gladiadores. De todas maneras, sus principales hallazgos y estudios los realizó en animales. También se tienen noticias de que estudiosos griegos realizaron disecciones e hicieron aportaciones al saber anatómico y así, por ejemplo, Herófilo, en Alejandría, realizó disecciones humanas y en mamíferos, y describió el sistema vascular venoso intracraneal denominado prensa de Herófilo. Erasístrato, también en Alejandría, realizó descripciones relacionadas con estructuras del sistema nervioso, óptico y circulatorio.
En la Edad Media, los conocimientos anatómicos quedaron sintetizados y recogidos en las obras de eclesiásticos como San Alberto Magno y Santo Tomás de Aquino. En la época renacentista se renueva el interés anatómico, en ocasiones condicionado por aspectos artísticos más que científicos. Sin embargo, Leonardo da Vinci hace extensiva su curiosidad al ámbito científico y realista, y junto a disecciones de animales, fundamentalmente de caballos, realizó algunas disecciones de cadáveres humanos (al menos una de un anciano centenario). Aún así, en sus magníficos dibujos se aprecian errores ya existentes en las observaciones de Galeno y arrastrados a lo largo de los siglos. Ya en el siglo XVI, el español Miguel Servet hizo una contribución fundamental al describir la circulación pulmonar, aunque ésta ya era conocida por médicos árabes.
La gran revolución en el saber anatómico se produce cuando Andrea Vesalio, médico belga, publica el año 1543 De Humani Corporis Fabrica, una de las obras fundamentales en la historia del conocimiento humano y a partir de la cual se desarrolló todo el verdadero saber médico fisiológico y quirúrgico. A lo largo de los siglos posteriores se fueron incorporando las aportaciones de numerosos estudiosos del cuerpo humano, que con frecuencia vieron unidos sus nombres a la estructura anatómica que describieron. Otros anatomistas lograron su fama por sistematizar los conocimientos anatómicos en tratados que, por diferentes motivos, marcaron una época en los estudios de medicina y cirugía: así, se conocen en la comunidad médica como el Bourgery, el Gray, el Testut, el Spalteholz, el Sobotta... La mayoría de los mismos se siguen utilizando en las facultades y escuelas de medicina en ediciones debidamente actualizadas. Dentro de las obras de carácter clásico, en nuestro país hay que mencionar el atlas con láminas de Magín Cabanellas y Emilio Sanchis, y texto de Mariano Batllés, que data de 1892.
La finalidad de esta obra es presentar con fines divulgativos los aspectos básicos de la anatomía hu-mana, intentando ofrecer un texto lo más conciso posible que ayude a la comprensión de las láminas, aportando información adicional a las mismas.

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