Maddi, personaje central de la novela, afronta un amargo descubrimiento: su vida ha venido siendo sutilmente manejada por la voluntad de los demás. El espejismo de creerse fuerte, dueña de su destino, se derrumba hecho trizas y, desvanecidas ya a su espalda las ensoñaciones de la juventud, se ve obligada a iniciar un camino de reflexión, largo y doloroso, en el que habrá de indagar quién es realmente, y así empuñar las riendas de su vida. Maddi se retira a la soledad de la casa familiar de una aldea de la Gipuzkoa rural. Allí descubrirá ciertos manuscritos por los que conocerá las peripecias vitales de diversas mujeres de su familia que vivieron momentos críticos de la historia: la entrada de los franceses en San Sebastián en las postrimerías del siglo XVIII; la Primera Guerra Carlista; los comienzos de la Guerra Civil; el San Sebastián de los años 60. Sus relatos la iluminarán, como faros, en su singladura hacia una decisión que dará un vuelco radical a su vida. La novela, al modo de un rico mosaico, nos acerca el detalle –a veces íntimo, a veces histórico– de cada tesela y, simultáneamente, nos muestra una composición panorámica acerca del valor de la superación y de la honestidad de una mujer que, lejos de resignarse a seguir guiones ajenos, se atreve a mirar la vida de frente.