Nada tememos tanto como nuestros miedos. Sin embargo, son precisamente estos, con sus distintos matices, los que ponen en movimiento el desarrollo intelectivo y emocional. El miedo produce en el cerebro un proceso de reacción de estrés que crea las condiciones idóneas para la conducta en los planos intelectivo, emocional y físico. Gerald Hüther explica cómo sobre la base de un patrón de conexión neuronal se crean emociones tales como el odio, la agresividad, la dependencia, la confianza, la fe y el amor.