-¡Vaya, el Brujo Pirujo!
-No soy Pirujo. Soy Camuñas,
¡el que nunca se corta las uñas!
-respondió el brujo, indignado.
-No me tomes el pelo. ¡Eres Pirujo!
-Que no. ¡Soy Camuñas!
Aunque resulte sorprendente, estamos ante el
inicio de una gran amistad: entre un brujo que
caza niños para su despensa y la que iba a ser
su próxima víctima. Sin embargo, la inteligencia
de la pequeña Blanca evitará que Camuñas la
engulla. Además, propiciará que la vida de este
personaje que nunca se cortaba las uñas, dé un
giro de 360 grados.