El técnico debe tener los conocimientos suficientes acerca de cómo trabajan los elementos estructurales, cómo se deforman y lesionan al tener que soportar axiles, momentos flectores, cortantes y torsiones.
En una dirección de obra se suele prestar mayor atención a los elementos problemáticos y a los posibles errores que puedan surgir durante la ejecución. Y una vez finalizada la construcción, en caso de surgir daños, se conocerá mejor su gravedad y se podrán tomar decisiones con seguridad y eficacia, pudiendo indicar soluciones adecuadas.