«Becerra emplea a fondo las armas de la crítica marxista, que algunosquerrían arrinconar en el desván, pero en este ensayo se muestranrelucientes y bien afiladas.» Isaac Rosa La crisis económica y,especialmente, el acontecimiento del 15-M abrieron fisuras en elinconsciente ideológico. Las contradicciones que la ideología seencargaba de armonizar y cohesionar de pronto empezaron a tensarse.Tras la imagen del yo-libre empezó a asomar, cada vez con másurgencia, el rostro real del yo-explotado. La ideología se ibaresquebrajando y por entre las grietas se anunciaba la posibilidad deconstruir un mundo alternativo, otras formas de relacionarse, deorganizarse, de vivir, de pensar. Y, por supuesto, una literatura otra que, a diferencia de la que había hegemonizado el campo español hasta la fecha, no desplazara las contradicciones, sino que las enunciaracomo preámbulo de su estallido, del que pudiera emerger un mundo libre y sin explotación. Si el discurso literario hegemónico, «la novela de la no-ideología», presenta que todo conflicto encuentra su causa enel interior del sujeto y, en consecuencia, es e