Intentamos en todo momento conseguir un futuro más estable, seguro y feliz, y siempre que lo hacemos, este futuro se suele asociar con la idea de habitar una vivienda ideal, en la cual crear nuestro hogar. Una vivienda que se convierta en la caja de resonancia de nuestra propia existencia, y que sea capaz de satisfacer nuestras necesidades físicas, familiares, sociales, emocionales, psicológicas e incluso espirituales. A esta vivienda ideal la solemos calificar como "la vivienda de nuestros sueños". Y por extrapolación a una arquitectura que sea buena en todos los sentidos, la solemos calificar como "buena arquitectura".