Lo primero es familiarizarse con la lengua, la fase pasiva...
Escucha las grabaciones de los diálogos, léelas al mismo tiempo y mira cómo se traduce en la página de al lado. ¡Límitate sólo a eso y no te esfuerces en memorizar! Por ahora lo único que necesitamos es que te empapes del espíritu de la lengua y empieces a practicar la pronunciación repitiendo las grabaciones y ayudándote de la pronunciación figurada.
...después llega la fase activa
Esta fase empieza una vez alcanzada y terminada la última lección de la fase pasiva, más o menos en la mitad del curso (el libro ya te indica el inicio de la fase activa). Se desarrolla continuando el estudio pasivo diario, es decir: volverás a la primera lección, después a la segunda y así sucesivamente, a razón de una lección activa y una pasiva por día.
En este segunda fase empezarás a construir tus propias frases. Y comprobarás que lo haces casi de forma natural.
Al finalizar el curso habrás adquirido, casi sin percatarte, una base importante de la gramática del idioma y un vocabulario holgado de alrededor de 2.000 palabras. Todo ello le permitirá mantener una conversación corriente con absoluta soltura.