En 1374, en Fez, capital del sultanato meriní, un hombre de aspecto noble y distinguido es detenido a las puertas de la mezquita al-Qarawiyyin por orden del sultán y encarcelado en una mazmorra. Durante su cautiverio, el preso narrará su historia al carcelero, Jalid, e irá desgranando los recuerdos de su intensa y controvertida vida como visir del sultán de Granada.// A mediados del siglo XIV, el Reino nazarí gozaba de su máximo esplendor. Los sultanes levantaban en la Alhambra palacios de ensueño. Columnas de mármol adornaban sus patios y las paredes estaban revestidas de panes de oro y lapislázuli. El hombre fuerte en aquella Corte esplendorosa era el visir Ibn al-Jatib; primer ministro, consejero, historiador, poeta y médico. Para sus detractores, un hombre de ambición desmedida, ávido de riquezas, que se disfrazó de místico y traicionó a su rey. Para sus adeptos, un hombre apasionado por la literatura, de desbordante actividad política, sagaz, erudito y dotado de una elocuencia asombrosa. Personaje clave, testigo y protagonista de la época, de su mano conoceremos en esta novela histórica los entresijos de una Corte sembrada de rencores y ambición, donde morir en la cama era un privilegio que pocos alcanzaban.// En la turbulenta política granadina, la violencia y el crimen dominaban la vida cotidiana. Sultanes y visires se sucedían en el cargo, víctimas de conjuras, asesinatos y golpes de estado. Un período en el que se fraguaron grandes cambios políticos y militares: Castilla se desangraba en una guerra fratricida entre Pedro el Cruel y su hermano bastardo; Francia e Inglaterra batallaban en la interminable Guerra de los Cien Años; la Iglesia Católica estaba sumida en el Cisma de Occidente. Un tiempo que conoció el horror de la Peste Negra. Un siglo que constituye una de las épocas de hierro de la historia de la humanidad, y que revivimos con insólita veracidad en esta apasionante obra.
En 1374, en Fez, capital del sultanato meriní, un hombre de aspecto noble y distinguido es detenido a las puertas de la mezquita al-Qarawiyyin por orden del sultán y encarcelado en una mazmorra. Durante su cautiverio, el preso narrará su historia al carcelero, Jalid, e irá desgranando los recuerdos de su intensa y controvertida vida como visir del sultán de Granada.//
A mediados del siglo XIV, el Reino nazarí gozaba de su máximo esplendor. Los sultanes levantaban en la Alhambra palacios de ensueño. Columnas de mármol adornaban sus patios y las paredes estaban revestidas de panes de oro y lapislázuli. El hombre fuerte en aquella Corte esplendorosa era el visir Ibn al-Jatib; primer ministro, consejero, historiador, poeta y médico. Para sus detractores, un hombre de ambición desmedida, ávido de riquezas, que se disfrazó de místico y traicionó a su rey. Para sus adeptos, un hombre apasionado por la literatura, de desbordante actividad política, sagaz, erudito y dotado de una elocuencia asombrosa. Personaje clave, testigo y protagonista de la época, de su mano conoceremos en esta novela histórica los entresijos de una Corte sembrada de rencores y ambición, donde morir en la cama era un privilegio que pocos alcanzaban.//
En la turbulenta política granadina, la violencia y el crimen dominaban la vida cotidiana. Sultanes y visires se sucedían en el cargo, víctimas de conjuras, asesinatos y golpes de estado. Un período en el que se fraguaron grandes cambios políticos y militares: Castilla se desangraba en una guerra fratricida entre Pedro el Cruel y su hermano bastardo; Francia e Inglaterra batallaban en la interminable Guerra de los Cien Años; la Iglesia Católica estaba sumida en el Cisma de Occidente. Un tiempo que conoció el horror de la Peste Negra. Un siglo que constituye una de las épocas de hierro de la historia de la humanidad, y que revivimos con insólita veracidad en esta apasionante obra.