El final del viajeMarnie Jones no había dejado de viajar desde que su novio la había dejado plantada; pero cuando llegó a Texas y se topó con el sexy y rebelde Jerico Bravo, empezó a encontrar todo tipo de motivos para quedarse. Jericho estaba logrando que Marnie volviera a creer en las segundas oportunidades, en que él era el hombre con quien quería sentar cabeza. De momento, ya había conquistado su corazón; solo faltaba saber si aquel hombre orgulloso, precavido y solitario estaría dispuesto a arriesgar el suyo.Romance con el jefeCuando Zoe Bravo acudió a una entrevista para conseguir un trabajo como secretaria, lo último que esperaba era que su atractivo y futuro jefe, Dax Girard, le dijera que no estaba dispuesto a acostarse con ella. Seguramente tuviera siempre una legión de admiradoras a su alrededor, pero Zoe no iba a ser una de ellas. Sus compañeros esperaban que tuviera un lío con el jefe, pero Zoe lo atajó inventándose un prometido. A Dax le costaba aceptar que su bella secretaria no sucumbiera a sus encantos. Y, cuanto más intentaba ignorar la atracción que sentía por ella, más deseaba tenerla para siempre en su vida.
El final del viajeMarnie Jones no había dejado de viajar desde que su novio la había dejado plantada; pero cuando llegó a Texas y se topó con el sexy y rebelde Jerico Bravo, empezó a encontrar todo tipo de motivos para quedarse. Jericho estaba logrando que Marnie volviera a creer en las segundas oportunidades, en que él era el hombre con quien quería sentar cabeza. De momento, ya había conquistado su corazón; solo faltaba saber si aquel hombre orgulloso, precavido y solitario estaría dispuesto a arriesgar el suyo.Romance con el jefeCuando Zoe Bravo acudió a una entrevista para conseguir un trabajo como secretaria, lo último que esperaba era que su atractivo y futuro jefe, Dax Girard, le dijera que no estaba dispuesto a acostarse con ella. Seguramente tuviera siempre una legión de admiradoras a su alrededor, pero Zoe no iba a ser una de ellas. Sus compañeros esperaban que tuviera un lío con el jefe, pero Zoe lo atajó inventándose un prometido. A Dax le costaba aceptar que su bella secretaria no sucumbiera a sus encantos. Y, cuanto más intentaba ignorar la atracción que sentía por ella, más deseaba tenerla para siempre en su vida.