Prometeo robó el fuego a los dioses para alumbrar a los hombres. En represalia, Zeus diseñó un castigo especialmente sádico para Prometeo: un águila bajaría cada noche a mordisquearle el hígado, que a la mañana siguiente se había regenerado, para volver
Prometeo robó el fuego a los dioses para alumbrar a los hombres. En represalia, Zeus diseñó un castigo especialmente sádico para Prometeo: un águila bajaría cada noche a mordisquearle el hígado, que a la mañana siguiente se había regenerado, para volver