Este ensayo de José Díaz Fernández aparece a finales de 1930, recién finalizada la Dictadura de Miguel Primo de Rivera, aunque fuera publicando algunos de sus capítulos en la Nueva España unos meses antes. Comenzando por la moda y el feminismo, como rasgos de una nueva revolución, Díaz Fernández pasa revista al estado de las artes, la literatura y la política en ese momento crucial de la vida española. El nuevo romanticismo proclama la vuelta a lo humano, mientras considera algunas vanguardias como la última muestra de un arte caduco. ?Contra lo que cree mucha gente, la epidemia de los ?ismos? ?futurismo, ultraísmo, creacionismo, dadaísmo? es anterior a la guerra. Significa sencillamente un síntoma del cansancio cósmico de aquellas generaciones a las que faltaba un ideal que pudiéramos llamar extraestético. La guerra conmovió igualmente el mundo literario. A raíz de ella, los ?ismos? siguieron rigiendo impunemente en el desconcierto que produjo en el alma humana la catástrofe. Aumentaron las falanges de snobs.? ?Los argumentos de Díaz Fernández se lanzaban también o sobre todo hacia quienes entendían la vanguardia literaria como un lugar de asepsia política donde solo se ventilaban las inocuas rebeliones formales contra las convenciones artísticas? Díaz Fernández oponía al término vanguardia el de ?avanzada? para diferenciar el arte que primaba las inquietudes humanas, sociales y políticas del vanguardismo eutrapélico y narcisista que él reprobaba.? Domingo Ródenas de Moya (El orden del azar. Guilermo de Torre entre los Borges.)