El paseante de cadáveres es un magistral conjunto de relatos periodísticos que nos transportan al corazón de un país que se perfila para ser la siguiente cultura hegemónica en el mundo. Nos lleva a través de su convulsa y terrible historia (con cuentos de hambrunas y canibalismo), nos transporta por sus encantadoras tradiciones y creencias ancestrales y nos sitúa en una perspectiva de la realidad china, completamente ajena y diferente a la que suele circular en los medios.
Algunas de las historias de este magnífico volumen incluyen situaciones como la añeja costumbre de los paseantes de cadáveres: personajes que se contratan para transportar a aquéllos que fallecieron fuera de su lugar de origen hasta su hogar para que su alma pueda encontrar el descanso eterno, cuestión que llevan a cabo con misteriosas y místicas procesiones que implican que los cadáveres respondan a sus órdenes y cánticos. También incluye personajes fascinantes como un viejo campesino que logró convencer a toda la población en la que vivía de que él era el verdadero emperador señalado por Dios para liberar a su pueblo, o escalofriantes relatos como el de un hombre dedicado a vender mujeres del sur de China a poblados en done casi la totalidad de la población es masculina.