El Quijote o la paradoja del ser explora el mundo contradictorio del hidalgo manchego donde la realidad fluida parece siempre rehuir una definición unívoca, dando amplio margen a la paradoja y la ambigüedad. Lo que parece una incapacidad cognitiva o locura en don Quijote deja paso en el devenir de la novela a una propuesta consciente de reconocimiento de la paradoja desde la que afirmar un modo de ser y estar en el mundo. Al hacerlo, Cervantes recoge esquemas de representación cognitiva que rechazan el principio de contradicción aristotélico, mostrando de paso concomitancias con la filosofía heraclitiana, el pensamiento dialéctico y el concepto de modernidad fluida.