Es un río con sus herejías, sus presas, sus bancos y sus lagos que, como en todo ritual, precisa por momentos quietud y en el fondo desobedien¬cia. Esta obra da la bienvenida a las truchas que quieren ser salmón y se lanzan sin sutileza alguna a la persecución, a confun-dirse entre el hastío, a veces de banda ancha rojiza o naranja y otras simplemente como un pez azul, saludable, mientras fuera se justifica que la realidad es inamovible.