¿Se ha cuestionado alguna vez hasta qué punto puede el amor trascender los confines de lo inexorable? Este libro es el resultado de la infinita línea euclídea trazada por las dos miradas consecutivas que una enigmática musa esbozó en el imaginario de un poeta forjado en la severidad de la vida, al inspirarle una renovada cosmovisión que cambiaría plenamente su pensamiento y su pasada condición. Al igual que sucedió con Dante, Petrarca o Don Quijote, las velas de este poemario se arrían en la desoladora tempestad, unas veces, o se izan en la apacible brisa de los mares, en otras, en pos de contemplar el esbelto paisaje del amor simbólico, antes de adentrarse, definitivamente, en este profundo misterio de la existencia. Pues como si de un antiguo maestro constructor se tratara, el autor intenta desentrañar dicho bosquejo en los laberintos de la cultura clásica y los arquetipos del amor cortés, definiendo una arquitectura lírica que el lector podrá llegar a descubrir si a través de sus páginas alcanza el axioma que descifra sus principios más herméticos. La obra que contempla es el fruto de diez años de esmero