En la poesía de Jordi Doce se aprecia el intento de vertebrar una poética de mirada total a la realidad, con el objetivo de captar la 'mitad de este mundo, la mitad invisible'. Pareja a ella encontrará el lector un goce por buscar, un impulso de seguir ahondando en las posibilidades de la forma y de la poesía, gesto que se erige en enemigo natural de cualquier nihilismo.