En los primeros días del confinamiento, allá por el mes de marzo de 2020, Sebastián Pérez, como tantos otros españoles, decidió organizar papeles, fotos y recuerdos, esos que casi todos tenemos en desorden en nuestras casas. En la buhardilla de su casa encontró unos documentos de su padre, Sebastián Pérez Linares, al que una cruel enfermedad se lo llevó con 72 años, en 2006. Pérez Linares había sido un servidor público muy relevante en la Granada de la década de los 60 y 70. Inculcó, junto a María Teresa, su esposa, a sus hijos, los principios y valores con los que Sebastián se condujo luego en su vida pública y privada. Forma parte de una saga que ha dejado siempre un legado en la cultura y la educación granadinas. Desde 1750 hay en Granada un Sebastián Pérez.