"Flaubert ha sobresalido en hablar de los imbéciles con una redondez de frase que los aniquila.""La literatura, a los ojos de Flaubert, era una función superior, la sola función importante del mundo. Por esto mismo quería que todos fuesen respetuosos con ella. Su gran rencor contra los hombres tenía por principal causa la indiferencia de la mayoría de éstos en asuntos de arte, la sorda desconfianza, el temor vago del vulgo ante un estilo trabajado y brillante. Tenía Flaubert una frase que repetía muy a menudo con voz terrible: "¡El odio a la literatura! ¡El odio a la literatura!", y encontraba ese odio en todas partes; en los hombres políticos más todavía que en los burgueses."