Tanto Czech-Jochberg como Hitler sintieron el mismo afán nacionalista. Por ello este libro no es una obra objetiva, sino que está escrita con el corazón encendido en amores y odios. El autor no es simple admirador de su héroe, es un adorador, un idólatra, como tantos millones de alemanes que vieron en Hitler al elegido que habría de llevar a cabo el nuevo ideal nacionalista.
Los sucesos se reflejan en esta obra con acusada parcialidad, injusta, sin duda, para los enemigos del racismo, pero con vigorosa exactitud en la expresión del anhelo que en aquellos años sentía una extensísima masa de ciudadanos alemanes.
Será el lector quien deba juzgar esta obra, necesaria para conocer con exactitud quién fue Hitler y cómo llegó a ostentar esa inmensa fuerza capaz de arrastrar al pueblo alemán.