Jorge Eines es el pedagogo teatral en el campo de la interpretación actoral más importante del ámbito hispano por los años de docencia, los libros publicados, su proyección internacional y el calado de sus reflexiones. Además, su encuadre teórico lo hemos podido ver en la práctica en espacios como Ensayo 100, la sala alternativa de la que fue fundador. Y, por supuesto, su propuesta actoral se halla en sus puestas en escena: Woyzeck (1976), La señorita Julia (1993), Tejido Beckett (2009)… Son montajes en los que expresa sus inquietudes sociales y personales: el hombre subyugado por un sistema tiránico y absurdo, el feminismo, el Holocausto, el arte como aquello que da sentido a la vida, ya sea la literatura, el tango, la pintura, el propio teatro y hasta el fútbol. Sus alumnos saben de su incontinencia verbal y de sus largos silencios. Sus lectores mascan, palabra a palabra, el contenido de sus libros. Unos y otros descifran sus frases densas, extensas y con laberínticos periodos, como una perífrasis embellecida; o bien sopesan sus oraciones breves, elusivas y cortantes, como un aforismo. Y siempre las figuras retóricas de la repetición: anáfora, concatenación, paralelismo, polipote… Y siempre la reflexión sobre la propia palabra: «El laberinto lingüístico que explica minuciosamente una conducta conduce a otro laberinto»; «Palabra escrita convertida en palabra actuada»; «Repetir para no repetir». Son enunciados que al neófito le parecen impenetrables, casi esotéricos, cabalísticos, pero que todos sus alumnos y lectores repasan sabiendo que el maestro ha formulado un pensamiento sobre el arte de la interpretación que vale la pena transitar o abre un debate. Este es un libro para descubrir de dónde viene esa selva de palabras, para abrirse camino entre ellas y, por lo tanto, para entender que detrás de Jorge Eines hay unas raíces y una cosmovisión, una conceptualización del mundo que hace única su propuesta ética y técnica para una mejor formación del actor.