He aquí en este libro contenido la importancia inmensa de documentos auténticos y originales, tales como los llamados Códices Mayas o libros de anahuac, conjunto de múltiples jeroglíficos de aquellos pueblos americanos, a quien el siglo XVI sorprendiese en plena Edad de la Piedra y del Cobre. Semejantes restos, conservados en nuestros museos, equivalen, en efecto, no a una, sino a cien excavaciones en ruinas arcaicas, con toda la frescura propia de las recientes de Troya, Babilonia o de Numancia, y toda la misteriosa grandeza religioso-científica de las cosmogonías asiáticas. En este sentido, dichos documentos son preciosos e insustituibles.
He aquí en este libro contenido la importancia inmensa de documentos auténticos y originales, tales como los llamados Códices Mayas o libros de anahuac, conjunto de múltiples jeroglíficos de aquellos pueblos americanos, a quien el siglo XVI sorprendiese en plena Edad de la Piedra y del Cobre. Semejantes restos, conservados en nuestros museos, equivalen, en efecto, no a una, sino a cien excavaciones en ruinas arcaicas, con toda la frescura propia de las recientes de Troya, Babilonia o de Numancia, y toda la misteriosa grandeza religioso-científica de las cosmogonías asiáticas. En este sentido, dichos documentos son preciosos e insustituibles.