Todo es cuestión de escala. La escala del tiempo sobre todas ellas. Hay una escala cósmica, telúrica: la que nos señala que hemos abandonado el Holoceno y entrado en el Antropoceno. Hay una escala histórica: la que nos muestra las mutaciones del capitalismo postindustrial hacia una modalidad cognitiva, global, que ha mutado desde la explotación del tiempo de trabajo a la explotación del tiempo de la vida extensiva e intensivamente. Hay una escala de la vida: la de las edades del ser humano, que nos habla de la decadencia del cuerpo, de su vulnerabilidad y de lo breve que es la juventud. Hay una escala de los días y las horas: donde habitamos el amor y otras emociones básicas, donde construimos esa forma de vivir que llamamos resistencia.