El lector se encuentra ante un libro que, estoy seguro, removerá muy profundamente criterios, actitudes e incluso sentimientos ante la vida y, muy especialmente, ante la manera de vivir la Fe. Poco a poco y sin darnos cuenta, la mayoría de creyentes tenemos tendencia a ir sobrecargándonos de pesos que nos impiden sentir la Fe como un regalo para nuestras vidas, cuando en realidad no es otra cosa que un don precioso y gratuito.