En su segundo poemario, Marina Rosado Andrades explora el universo de la condición femenina en la literatura dando como resultado el retrato de una mujer que se rompe, sangra y sacrifica; que carga en su piel lo que hay de visceral en esa concepción romántica del amor en el que poco o nada tenía que hacer más que soportar el peso de las generaciones que le precedieron y los reclamos de una sociedad cambiante que siempre exige. La poeta relata la crueldad animal de una relación humana, del crecimiento a través de la inmolación de la unión y del sacrificio de sus partes. "La mujer de las mil ubres es aquella que descubre el peso de los deseos opuestos que otros han creado en ella, la que se sabe despiezada y no puede más que amar al que la alimentó", en palabras de su autora. Este poemario habla del final de una mujer, de su leche y de sus manos; sin embargo también nos muestra la fuerza que surge de la propia destrucción. A través del viaje desde el sacrificio, acompañamos a la protagonista en su diálogo interno, y también en el diálogo poético, dejándonos un libro cargado de orgánicas imágenes potentes y re