La historia de Dory Sontheimer, narrada en Las siete cajas, reconstruía la memoria de sus antepasados. A través de una inesperada herencia documental, Dory descubrió sus orígenes, ligados a la tragedia colectiva del nazismo y del Holocausto. Hija de un exilio que obligó a millones de judíos a negar parte de su identidad, Dory empezó a desenterrar el pasado familiar y al mismo tiempo a asumirlo. Lo hizo a través de la consciencia de un drama que, al final, la obligó a enfrentarse a la evidencia, tan impactante como conmovedora, de cuáles eran sus raíces. Ahora, fiel al mismo compromiso con la memoria, esas raíces permiten, a través del vigor de una voz que ejerce su responsabilidad de tronco, contar las vidas de Catherine, Peter, Michael, Tommy y Pavel. Ellos son las ramas imprescindibles de un mismo árbol y como tales compartieron el drama del silencio y la impotencia de haber vivido en un mundo que permitió el horror y propició la impunidad de sus verdugos. Escrito con las mismas franqueza emocional y voluntad reparadora que tanto han emocionado a sus lectores, Dory viaja, se documenta, interpreta, revive y rescata las vidas de quienes, en circunstancias mucho más trágicas que las suyas, no tuvieron el privilegio de poder vivir para contarlo. Sin artificios ni alardes de erudición, y utilizando la figura omnipresente de la muñeca Patty, La octava caja, completa y enriquece la historia de una familia que, en su complejidad, encarna el dolor, las esperanzas y la capacidad de resistir de millones de víctimas que necesitan de testimonios como este para no ser derrotadas por el monstruo del olvido.
La historia de Dory Sontheimer, narrada en Las siete cajas, reconstruía la memoria de sus antepasados. A través de una inesperada herencia documental, Dory descubrió sus orígenes, ligados a la tragedia colectiva del nazismo y del Holocausto. Hija de un exilio que obligó a millones de judíos a negar parte de su identidad, Dory empezó a desenterrar el pasado familiar y al mismo tiempo a asumirlo. Lo hizo a través de la consciencia de un drama que, al final, la obligó a enfrentarse a la evidencia, tan impactante como conmovedora, de cuáles eran sus raíces. Ahora, fiel al mismo compromiso con la memoria, esas raíces permiten, a través del vigor de una voz que ejerce su responsabilidad de tronco, contar las vidas de Catherine, Peter, Michael, Tommy y Pavel. Ellos son las ramas imprescindibles de un mismo árbol y como tales compartieron el drama del silencio y la impotencia de haber vivido en un mundo que permitió el horror y propició la impunidad de sus verdugos. Escrito con las mismas franqueza emocional y voluntad reparadora que tanto han emocionado a sus lectores, Dory viaja, se documenta, interpreta, revive y rescata las vidas de quienes, en circunstancias mucho más trágicas que las suyas, no tuvieron el privilegio de poder vivir para contarlo. Sin artificios ni alardes de erudición, y utilizando la figura omnipresente de la muñeca Patty, La octava caja, completa y enriquece la historia de una familia que, en su complejidad, encarna el dolor, las esperanzas y la capacidad de resistir de millones de víctimas que necesitan de testimonios como este para no ser derrotadas por el monstruo del olvido.