GONZÁLEZ TRUJILLO, MARÍA DEL CARMEN
¿Quieres descubrir por qué están tristes las palabras? Las palabras están tristes porque los niños han dejado de utilizarlas, han dejado de leer, de pasar ratos divertidos y apasionantes rodeados de cuentos. Ya no se acuerdan de sus aventuras con piratas, con sirenas, con astronautas, exploradores, príncipes y princesas, con duendes, gnomos, extraterrestres o brujas malvadas. Con este cuento se pretende incentivar la lectura en los niños y niñas, concienciarlos de la enorme cantidad de aventuras y ratos divertidos que pueden pasar leyendo. Se pretende fomentar la imaginación a través de la letra impresa; en este contexto, es necesario que construyan la historia, las ilustraciones dan pistas, pero dejan un espacio a la imaginación para completar la historia. Además, se intenta también fomentar la actividad física, obviar el sedentarismo al que se ven avocados con las nuevas tecnologías, que exigen, en la mayoría de los casos, una quietud formidable. Los peques tienen "ganchos" a raudales, el móvil, la tablet, la psp, el ordenador, la consola., grandes competidores de hábitos tan saludables como la lectura o el deporte. De nosotros depende diluir en alguna medida ese "enganche" , ese consumo abusivo de tiempo que suponen las nuevas tecnologías. Hacer explícito el valor de las palabras y lo saludable del ejercicio físico es un objetivo aquí. Las Palabras Tristes ofrece a los padres la excusa para iniciar conversaciones con los niños y niñas acerca de la bondad de la lectura y el ejercicio físico. Conseguir que ese intercambio de palabras se convierta en una conducta estable depende de ellos.