Madrid, a principios del siglo XX, no cuenta con un espíritu artístico tan dinámico como Barcelona y Cataluña. El espíritu emprendedor y revolucionario de la arquitectura catalana no tiene parangón en casi ningún otro lugar del mundo, menos aún en la villa y corte. Los alarifes establecidos allí parecen aparcar los cantos d e sirena de estas formas casi escultóricas que emanan del modernismo patrio. Un grupo de ellos se salen de la norma cada vez que pueden y tallan fachadas llamativas que pueden alejarlos de posibles encargos de sus convecinos promotores. El libro habla de la obra de un arquitecto, asimilado a Arturo Pérez Merino que es el hilo conductor de la historia desde una ficción de la vida de alguien que se le parece, un gran desconocido para todos-, pero de refilón, como un fondo de desarrollo de la historia, de una de las que parecen conformar el libro, y que acaban convergiendo en una sola. Pero Los amores prohibidos es también el descubrimiento de la política, personajes y personas, en una época crucial de la historia española, entre 1911 y 1913, y el relato de un amor que parece imposible, y las vicisitudes de un criminal y su policía. El libro habla de vida, pero también de muerte, de rebeliones, atentados y crímenes.