EN 1812, Martínez de la Rosa representa con notable éxito, en el Cádiz sitiado por las tropas francesas, la tragedia La viuda de Padilla.Pero será el Trienio Liberal (1820-1823) el que consagre a loscomuneros como defensores de la libertad: las ciudades se llenan decalles que recuerdan a los comuneros ajusticiados en Villalar, lasCortes Generales rinden homenajes a Padilla, Bravo y Maldonado y semultiplican las obras literarias e históricas que tienen a loscomuneros como tema. A partir de entonces, todo progresista que seprecie ensalza, y se identifica, con los héroes de aquella infaustajornada.
Dentro de esta revalorización de los comuneros, y de lainterpretación del hecho a la luz del liberalismo romántico, se sitúaa la perfección la novela de García Escobar. La interpretación liberal y progresista, unida al sentido crítico de la historia, producto delpropio historicismo romántico, está en la base de nuestra novela, quedespliega una de las visiones más nítidas del hecho d