Cuando en 1641 ven la luz las Meditaciones metafísicas, Descartes ya era un científico con obras reconocidas (Tratado del mundo, Dióptrica, Meteoros y Geometría). Además, las Regulae primero y el Discurso del método después habían proporcionado un procedimiento capaz de orientar al hombre por el recto camino de la razón. Pero en su sistema faltaba todavía otro pilar: una fundamentación filosófica de la ciencia o, por seguir el símil que él mismo utiliza, faltaban los cimientos que sustentaran el edificio del conocimiento.
Esta fundamentación del saber es la que aborda en las Meditaciones metafísicas, donde trata cuestiones centrales de la historia del pensamiento occidental, como la duda metódica, el genio maligno, el cogito, el yo pensante y las ideas como único expediente utilizable por el filósofo, con el que ha de demostrar la existencia de Dios y el papel que este asume de garantía de la existencia del mundo y de nuestros conocimientos.
Esta edición reproduce, con una nueva introducción, la ya clásica traducción de Vidal Peña. No incluye las objeciones de diversos autores y las respuestas del propio Descartes, que puede encontrar el lector interesado en esta misma editorial.