Todos tenemos un momento en que despertamos y comenzamos a vivir. Para mÃ, ese fue mi año erasmus en Francia, época en la que maduré, cometà mis mayores cagadas y donde nació mi primer amor. En ese curso sucedieron algunas de las vivencias que siempre permanecerán en mi memoria, para bien o para mal, y estoy seguro de que muchas personas que hayan disfrutado de un Erasmus
podrán sentirse identificadas con más de una situación, ya sea en clase, en el piso compartido o en una de tantas fiestas.
Y después de todo, la pregunta más importante, ¿cambiarÃa algo de lo que hice? Yo no lo sé, tú para saberlo deberás darme una oportunidad y pasar conmigo un año en Troyes.