Con el nacimiento de la Orden de San Jerónimo en 1373 asistimos probablemente al último y más exitoso epígono del movimiento monástico en la Europa medieval. ¿Qué había llevado a una de las últimas órdenes nacidas en la Edad Media a convertirse, de la noche a la mañana, en un instrumento crucial para la articulación visual y espiritual de las nuevas jerarquías castellanas? Con el objetivo de dar respuesta a esta pregunta el presente libro aborda una serie de aspectos relativos a la Orden Jerónima que hasta la fecha apenas habían sido tenidos en cuenta conjuntamente, tales como la creación y la fijación de discursos identitarios a través del patronazgo artístico, la negociación de los espacios de memoria dentro de la compleja topografía monacal o la articulación de narrativas devocionales mediante el uso de diferentes lenguajes artísticos. Un viaje que nos llevará por monasterios como Lupiana, Guadalupe, Fresdelval, Valparaíso o El Parral, para aportar una nueva visión sobre las dinámicas y tensiones que caracterizaron la estrecha relación entre las jerarquías castellanas y el paisaje espiritual de su tiempo.