½¡Es lo más natural del mundo! ¡Todos los padres del mundo lo hacen! ¡Pero no debes contárselo a nadie! ¡Nunca! +Me oyes? ¡Este es nuestro secreto!+ Nunca se lo digas a nadie es a la vez una autobiografía y un ajuste de cuentas donde la actriz Pola Kinski relata sus recuerdos de niñez y juventud. Expulsada muy pronto del paraíso infantil que compartía con su madre, Pola no tarda en vivir una existencia dividida. Por un lado Munich, el hogar frío y hostil de su madre que ha vuelto a casarse; por otro el cosmopolitismo de su padre, un actor desmesurado llamado Klaus Kinski, al que visita en Berlín, Madrid o Roma. Un mundo lleno de lujo y regalos donde ella se convierte en mi princesa, mi muñequita, mi angelito, y donde, al menos, alguien le dice que la quiere. Claro que esos privilegios tienen un alto precio, que Pola comienza a pagar desde los cinco años: sufrir los abusos sexuales paternos. Los sentimientos de culpa y de vergüenza atormentarán su infancia y su adolescencia, y el sometimiento físico y psicológico, unido a una incesante búsqueda de afecto, la llevarán a experimentar un auténtico calvario. Con un lenguaje sincero, pleno de hondura y sencillez, Pola Kinski desgrana sus vivencias junto al hombre que la torturó durante quince años y a quien, paradójicamente, no podía dejar de amar: su propio padre.
«¡Es lo más natural del mundo! ¡Todos los padres del mundo lo hacen! ¡Pero no debes contárselo a nadie! ¡Nunca! ¿Me oyes? ¡Éste es nuestro secreto!» Nunca se lo digas a nadie es a la vez una autobiografía y un ajuste de cuentas donde la actriz Pola Kinski relata sus recuerdos de niñez y juventud. Expulsada muy pronto del paraíso infantil que compartía con su madre, Pola no tarda en vivir una existencia dividida. Por un lado Munich, el hogar frío y hostil de su madre que ha vuelto a casarse; por otro el cosmopolitismo de su padre, un actor desmesurado llamado Klaus Kinski, al que visita en Berlín, Madrid o Roma. Un mundo lleno de lujo y regalos donde ella se convierte en mi princesa, mi muñequita, mi angelito, y donde, al menos, alguien le dice que la quiere. Claro que esos privilegios tienen un alto precio, que Pola comienza a pagar desde los cinco años: sufrir los abusos sexuales paternos. Los sentimientos de culpa y de vergüenza atormentarán su infancia y su adolescencia, y el sometimiento físico y psicológico, unido a una incesante búsqueda de afecto, la llevarán a experimentar un auténtico calvario. Con un lenguaje sincero, pleno de hondura y sencillez, Pola Kinski desgrana sus vivencias junto al hombre que la torturó durante quince años y a quien, paradójicamente, no podía dejar de amar: su propio padre.