En uno de sus paseos matutinos, Neville de Rávena se ve sorprendido por el hallazgo de un objeto brillante entre los matorrales a los pies de la estatua de Rubén Darío, al inicio del Parque de Málaga. Al acercarse comprueba que se trata de una lámpara maravillosa. ¿Qué tres deseos pedir?, se pregunta antes de frotarla. Pero, en lugar del genio acostumbrado, aparece una víbora que muerde sin compasión el brazo de Neville. Malherido, en peligro de muerte, el supuesto protagonista inicia su particular odisea a través del Paseo de Reding y el Paseo de Sancha para, con la esperanza de salvar el brazo, llegar al Hospital que se ubica junto al Arroyo Toquero. O quizá para salvar su alma. O tal vez para encontrarse con Emilie Dufour, su amor imaginado.