Desde los palacios de los Colonna, Farnese, Orsini y Altemps, en cuyas salas secretas se disputo durante siglos el trono papal, hasta la magnificencia de los palacios ducales de Venecia y Genova o la fastuosidad de los palacios de los Borbon y los Saboya. En los palacios de Italia, la historia y la belleza se han fundido de forma maravillosa e indisoluble.