El Nuevo Orden es ya una realidad: la metamorfosis social ha finalizado, y por ende el fin de la génesis de la sociedad más eficiente en la explotación del Locker que jamás haya existido. Como consecuencia de ello, los seres deficitarios, los restos de las culturas imperfectas de épocas pasadas, son ya un vago recuerdo del que casi nadie habla, que las castas dominantes del nuevo sistema han tratado de silenciar y exterminar. No obstante, un hallazgo inesperado puede llevar al traste con todo este plan: los manuscritos de Pangea, la prueba gráfica que delata la verdad de ese grupo demonizado, y que uno de los miembros de la clase productora de este nuevo orden social (el ciudadano K) va a dar a conocer. Se enfrentan realidades de dos mundos aparentemente coetá-neos: en uno la necesidad del Locker, el recurso básico de la sociedad diseñada al amparo del Nuevo Orden y que hace que todo gire en torno a la optimización en los métodos de obtención del ansiado recurso, incluyendo una organización social totalmente despiadada e injusta. Del otro lado, una civilización ancestral cuyas normas únicamente contempla