En el cine, el tiempo pierde la condición de dimensión que leatribuimos y un segundo de buenas emociones nos rescata de lo más ruin del fango de los infinitos días, una sensación que sirve parajustificar que eso de intentar seguir viviendo merece mucho lapena.Los artículos que se recogen en este Para huir no son análisiscerebrales ni tienen la forma de crítica cinematográfica. Se trata,más bien, de agitar algún árbol para intentar que caiga alguna fruta,y estas frutas tienen más que ver con el mundo emocional. En realidad, las películas que se toman como referencia, bien sean clásicos o cine contemporáneo, Westerns o cintas de superhéroes, sirven de excusapara empezar a indagar en temas en buena medida universales: lasensibilidad, la soledad, la resiliencia, el miedo, el nomadismo, larebelión. El autor ha intentado que abarcaran sentimientos que a todos nos han afectado en algún momento, y he intentado que las obras dereferencia fueran bastante conocidas, incluso populares. No se tratatanto de afirmar ideas, conclusiones, como de sugerir que no es tansencillo tener una idea formada sobre la condición humana