½Yo no sé si soy de la periferia o no, pero sí quiero ser un embajador de ella. Quiero defenderla, cuidarla, honrarla y hacer que sea respetada. Y por ello me veo obligado a revelar todos esos mágicos secretos en este libro. He puesto el foco en algunas periferias y descubro su realidad, su magia. Entrad conmigo a las periferias y descubrid cómo funciona de verdad el mundo.+Ricardo Cavolo½La centralidad, tal y como la conocíais, morirá en vuestros brazos como un agónico enfermo después de vuestra ávida lectura de este compendio universal del extrarradio terrestre. A través de la misma comprensión de la periferia, vuestra centralidad renacerá de sus propias cenizas, y será mucho más fuerte que en tiempos pretéritos, porque, sin que os hayáis dado cuenta, a cada página degustada habréis incorporado nuevas ciencias, nuevos puntos de vista, incluso antiquísimas magias que hasta ahora solamente habían sido relevadas a unos pocos elegidos y preservadas para el ciudadano estrecho de miras. ¡Asomaos a las orillas escondidas del mundo!+Santi Balmes
«Yo no sé si soy de la periferia o no, pero sí quiero ser un embajador de ella. Quiero defenderla, cuidarla, honrarla y hacer que sea respetada. Y por ello me veo obligado a revelar todos esos mágicos secretos en este libro. He puesto el foco en algunas periferias y descubro su realidad, su magia. Entrad conmigo a las periferias y descubrid cómo funciona de verdad el mundo.»
Ricardo Cavolo
«La centralidad, tal y como la conocíais, morirá en vuestros brazos como un agónico enfermo después de vuestra ávida lectura de este compendio universal del extrarradio terrestre. A través de la misma comprensión de la periferia, vuestra centralidad renacerá de sus propias cenizas, y será mucho más fuerte que en tiempos pretéritos, porque, sin que os hayáis dado cuenta, a cada página degustada habréis incorporado nuevas ciencias, nuevos puntos de vista, incluso antiquísimas magias que hasta ahora solamente habían sido relevadas a unos pocos elegidos y preservadas para el ciudadano estrecho de miras. ¡Asomaos a las orillas escondidas del mundo!»
Santi Balmes