Santiago, médico a cargo del servicio de urgencias del Gregorio Marañón, disfruta de unas merecidas vacaciones tras el estrés de la primera ola de la pandemia de Covid. Viaja con su mujer y su hijo a Breda, pequeño pueblo donde él ejerció la medicina por primera vez veinte años atrás, y estaba recién licenciado. Cuando a los pocos días aparece muerto, su viuda contrata a Ricardo Cupido, el detective que ya es viejo conocido de los lectores de Eugenio Fuentes, para que le ayude a esclarecer el caso. Cupido, que no logró resolver el último caso encargado (el accidente de tráfico en el que murió una mujer embarazada de siete meses en la carretera de Breda), se implica hasta el fondo en este nuevo, en el que tendrá que investigar si las razones de este asesinato están en el presente o en el pasado que vuelve.