Sorprende que en el 350 aniversario de su elevación a los altares por parte de Clemente X, el dominico valenciano san Luis Bertrán (1526-1581) -destacada figura religiosa de la segunda mitad del Quinientos, tiempo de mudanza para la Iglesia en general, como consecuencia de la renovación tridentina, y la orden de Predicadores particularmente, con la reforma de sus Provincias y establecimientos- continúe siendo todavía uno de los personajes más desconocidos del Siglo de Oro del empíreo católico, con notable presencia patria en virtud de las sucesivas canonizaciones españolas que jalonaron este periodo. A la espera de una biografía moderna sobre el susodicho -alejada del tono hagiográfico tradicional en estos casos- y un análisis en profundidad de su obra -apenas atendida por los especialistas- el presente libro ofrece una aproximación a tales desde diferentes perspectivas y a la luz del siglo XXI.