n el Sur, ese lugar misterioso con varios soles y de una aridez extrema, donde unicamente se enseña en la Escuela las bondades de haber nacido en él, trabajan todos en una misteriosa Cooperativa. En el Sur, donde los mapas están prohibidos y su posesión puede castigarse con la muerte incluso, un niño roba uno de ellos con la secreta intención de trasladarse al Norte, a donde llega muchos años después. En el Norte no se permiten las preguntas, tampoco contar historias, narrar. En el Norte la noche se distingue del día porque su oscuridad es menos compacta y la autoridad y las normas emanan de una extraña Corporación. No hay niños en el Norte, no hay viejos, no hay muertos. La existencia en este lugar parece durar lo que dura la eternidad. El narrador conoce bien En la colonia penitenciaria, esa obra de un autor prehistórico desconocido que nadie entiende y que él intenta explicarse. Lee sin cesar otros libros que le proporciona un bibliotecario que parece enano, páginas y páginas sin autor declarado que dicen a su manera que hay un orden en el mundo, y que ese orden puede prescindir de nosotros. Aprende nueva